No es mi intención que esta nota tenga tintes políticos. Sin embargo, el tema a tratar está íntimamente ligado no solo a la política, sino a la voluntad y criterio de aquellos que ostentan el poder.
Hoy más que nunca, es una realidad que el mundo está evolucionando a gran velocidad. Mientras los Congresos debaten si es necesaria o no la creación de una nueva ley para regular un tema determinado, surgen dos o tres necesidades nuevas de regulación.
Los modelos de negocio están evolucionando y generando nuevas dinámicas de empleo. Y, sin embargo, la gran mayoría de la legislación laboral regional, ha hecho poco para lograr adaptarse a las nuevas necesidades y modelos globales.
Recientemente un presidente del área manifestó que el mejor programa social es la generación de empleo. Ese mismo discurso político se ha escuchado en otras campañas políticas en la región. Pero ¿qué estamos haciendo para que ese discurso se convierta en una realidad?
Hay muchos factores que pueden incidir en la generación de empleo y ciertamente, en el área se han empleado muchos mecanismos y estrategias para lograrlo. En cierto momento, se apostó por el turismo y la maquila; hoy en día es el mercado de servicios lo que ha evolucionado en la región. Pero modernizar y adaptar la legislación laboral a las tendencias globales es un tema que ha sido obviado y que, desde mi óptica, es prioritario para la región si deseamos llegar a ser competitivos y generar más y mejores oportunidades de empleo en nuestros países.
Parece que hemos olvidado que nos encontramos en la cuarta revolución (tecnológica), que implica que el mundo actual se está convirtiendo en un gigante sistema de información. El Internet de las cosas, la “big data”, la impresión 3D, la inteligencia artificial, el “cloud computing”, la realidad virtual, etc., pueden parecer términos muy ajenos a nuestra realidad; sin embargo, estos ya están modificando las estructuras de negocios e impactando las condiciones de empleo; y la pregunta es: ¿estamos preparados a nivel legal y social para este cambio?
Tal y como lo apuntó Sardagoy: "Uno de los problemas que se suele encontrar para profundizar en los cambios de la legislación laboral es un cierto agotamiento de las ideas, dado que desde hace más de medio siglo, los conflictos laborales se han resuelto con los mismos paradigmas, siendo difícil innovar a la velocidad que se producen los cambios reales".
No sólo debemos pensar en modificar y ajustar nuestro sistema educativo y formativo para prepararnos para dichos cambios. Debemos permitir que los principios básicos que regulan nuestra legislación laboral desde el siglo pasado evolucionen. Debemos además modificar sustancialmente nuestras leyes y la interpretación de estas para procurar ser competitivos. A manera de ejemplo, temas como la flexibilidad de jornada, la jornada 4x3, regulaciones sobre propiedad de la información, BYOD, los salarios no líquidos, los “contractors”, la “uberización” de los servicios y similares, son temas relevantes para la nueva década.
Ya no sólo se trata del temor de perder el trabajo por un robot o una computadora. Se trata de que otros países han modificado su estructura legal en procura de adaptarse. Hoy más que nunca es aplicable la famosa frase de Darwin: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”.
Procuremos todos que esta década que inicia sea el comienzo de una transformación tecnológica y legal en nuestra región, por el bien de nuestros países y sus futuras generaciones.